Se comenzó con la construcción de la primera etapa, desde la carrera 49 con calle 50 y con la del polideportivo hasta la carrera 47; luego, en el año 1984, se dio inicio a la construcción de la segunda etapa o Casas Rosadas, a la vez se obtuvo la zona de recreación, la cual está compuesta por una cancha de microfútbol en tierra y juegos infantiles.
En aquel entonces cada una de las cuadras contaba con vigilancia, el barrio tenía una sola entrada por la carrera 50, allí había un retén en guadua y un muro de ladrillo, derribado tres años después, que separaba al barrio Ciudad Córdoba del barrio Mariano Ramos. El servicio de transporte estaba cubierto por jeeps y carros particulares, los buses no ingresaban al barrio.
Con la construcción de la tercera etapa, que finalizaba en la carrera 46, donde hoy está el cubo rojo, empezaron a ingresar dos rutas de buses (Gris Roja y Verde San Fernando) y también el carro de la basura. Luego se inicia la construcción de la cuarta etapa y el polideportivo No.2 hasta donde hoy se encuentra la Constructora Limonar y finalmente fue urbanizada la quinta etapa con su polideportivo No.3.
Tiempo después todos los sectores se unificaron, quedando únicamente la primera etapa. Se prosiguió con el loteo de unos terrenos ubicados en la carrera 42 A con calle 51, acondicionándolos con su respectivo acueducto, alcantarillado, energía y pavimentación; se construyeron casas desde la carrera 50 a la carrera 46 entre calles 51 y 54. Posteriormente fueron loteados los terrenos de la etapa 1 B, con vías pavimentadas, acueducto, alcantarillado y energía, luego se dio a la construcción de la etapa 2 B, en el sector comprendido entre las carreras 46 y 42 A con calles 51 a 54.
Transcurridos siete años de la fundación del barrio se instalaron los primeros teléfonos públicos, y podría decirse que hoy en día hoy se cuenta con el servicio telefónico residencial en casi todas las casas.
En el año 1996 Ciudad Córdoba se conforma la Junta de Acción Comunal de aquel entonces, iniciando el liderazgo comunitario y la ejecución de obras en procura del mejoramiento del polideportivo.
Nuestro barrio, lugar de sueños y de encanto, de coqueteo entre sus muchachas y muchachos, lugar de alegrías y tristezas, de travesuras hozadas o inocentes, seguro o inseguro, es el lugar al cual podemos llamar hogar; es hoy uno de los barrios más grandes de la ciudad y también uno de los barrios con más zonas verdes.
Nuestro barrio es una pequeña ciudad y también es una pequeña representación del país. Lo habitan pobres, trabajadores, dueños de pequeñas empresas, personas que roban por ocio y/o por necesidad, traficantes de drogas, desplazados por la violencia (los que se van y los que llegan), consumidores, indigentes, desocupados, músicos, izquierdistas, derechistas, fascistas, comunistas, estudiantes, profesores, choferes, etc. y como es el caso de nuestra ciudad o de nuestro país: está infectado por la gran epidemia de la enfermedad “no me importa”, desconocemos el barrio como nuestro hogar “la calle es la calle, mi casa es mi casa”, rechazamos y marginamos a las personas que delinquen, aunque nunca nos preguntamos ¿Por qué? Ni tampoco les brindamos oportunidades ni siquiera nos cuestionamos ¿Quiénes brindan las oportunidades, como se crean oportunidades, quienes manipulan las “oportunidades”?
Vivimos entre negros, blancos, mestizos e indios, un barrio hermoso por su riqueza cultural, pero que lastimosamente no reconocemos y por lo contrario, nos quejamos al unísono por la delincuencia común, por las basuras, por el alza a los impuestos etc. sí, nos quejamos pero en murmullos, desconocemos a nuestros vecinos llamándolos los “otros”, empleamos la frase más común “es que nadie hace nada”, como si “nadie” fuera el culpable y no nos preguntamos “¿y yo que he hecho por el barrio, por incentivar a la cultura, la educación y la acción social?”.
Esta pequeña ciudad, que prontamente cumplirá 26 años de fundada, es la que un día nos vio crecer, reír, jugar, llorar y también luchar por lo que queremos, así que, no dejemos que decaiga, que politiqueros lo tomen como ejemplo para seguir robando dinero, no excluyamos a nuestros jóvenes que son el futuro pero que por falta de oportunidades se nos están perdiendo, es nuestro deber pues, aportar con nuestro granito de arena al avance de nuestro barrio y de nuestra ciudad, asistiendo a la reuniones convocadas por la junta, a las actividades convocadas por sus comités y demás actividades que en este nuestro barrio se realizan.