ORGULLO POPULAR

Nuestra dignidad está en juego

Luchemos contra el tirano

Que ata nuestras manos

Y hagamos del cambio un cortejo.


Pues el pueblo resignado

Siempre será doblegado

Y su voz será apagada

Por una falsa verdad dada.


Recuperemos nuestro orgullo

Y sembremos en nuestros hijos

Las ganas de combatir por lo suyo

Para no vivir más en tugurios.


Las posibilidades ya están

Unamos fuerzas por lo que nos une

Para convertirnos en un pueblo inmune

Contra las tiranías del gobierno capital.


Destruyamos esta impúdica realidad

Construyamos por el bien común, sociedad

Y para esto, forjemos ideal

Para al fin tener, orgullo popular.

¿INDEPENDENCIA?

El 20 de julio de 1810 Simón Bolívar, acompañado de un puñado de campesinos, armados con machetes, palos, y uno que otro mosquetero viejo oxidado, decidieron enfrentarse a esos pocos oligarcas que mantenían sometido y esclavizado al pueblo, con una consigna firme y concreta ¡Libertad!. Aquella por la cual hubo miles de millones de muertes en la historia de la humanidad, hoy días después la celebración del 20 de julio que a propósito fue anunciada, afanada y aclamada por los medios masivos de comunicación podríamos pensar entonces si somos libres en realidad y preguntarnos si no son esos mismos ricos los que ahora nos someten desde sus puesticos en el gobierno con sus leyes chimbas que solo afectan con un sentido negativo acá abajo… acá, donde nos toca despertarnos a las 4:00 de la mañana para ir a trabajar hasta la noche, perdiendo el tiempo que se le debe dar a una familia. Acá donde nos toca pagar con un sueldo mínimo de $ 489.0000 arriendo, servicios públicos, impuestos, comida, educación de los hijos, transporte, y de repeso las armas con las que después nos matan y nos presentan como falsos positivos además las listas de los atropellos contra nosotros los pobres podrían seguir.


Ahora la reflexión a la que quiero llegar, es si de verdad vale la pena celebrar tan despampanantemente una independencia, que en realidad no tenemos deberíamos preguntarnos también si así como Bolívar y estos valientes campesinos, somos capaces de dar la vida por nuestra libertad.

SOBRE EL PATRIOTISMO

Creo que como colombian@s tenemos que cambiar nuestra concepción facilista de ver las cosas, no podemos convencernos de que nuestros problemas y conflictos se resuelven, por un lado con impunidad y por el otro con bombardeos, ninguno de estos dos medios nos favorecen, si lo que estamos buscando es mejorar nuestra situación, hay que tener presente que no es solo a este gobierno a quien debemos exigirle que corrija su enfoque erróneo, NO, por la sencilla razón de que ni este, ni los gobiernos anteriores, han tenido la voluntad de brindar un genuino bienestar a nosotros el pueblo; el cambio no va a empezar desde el poder, el cambio se tiene que dar a partir de nosotros.

De la misma manera es incoherente reclamar soluciones a la insurgencia colombiana, o a los movimientos al margen de la ley que actúan bajo la complicidad del gobierno, ya que hacerlo, seria ahondar mas en polarización, y aumentar el nivel de sangre, hasta ahora derramada, seria también abrir más las heridas de nuestros vecinos. Por el contrario en vez de ignorar el dolor de las victimas de nuestro conflicto debemos de interpretarlo con propósitos nobles. Es precisamente a través de todo ese dolor del pueblo colombiano, de donde deben surgir las soluciones. Esa sangre derramada de la guerra, debe de ser la motivación, para que como colombian@s reflexionemos e impulsemos un cambio de fondo. Parte de esta reflexión debe ir dirigida a cambiar nuestra manera de interpretar de lo que hasta ahora hemos entendido como patriotismo. No es sacando la bandera, ni poniéndose la mano en el pecho cuando suena el himno nacional, cuando nos hacemos mejores colombianos; el mejor aporte que podemos hacer a nuestra patria y a nuestros compatriotas es reaccionar y ser mas sensibles cuando oímos hablar de impunidad, en vez de tolerar, es no aceptar la violencia, para lo que hay que aclarar que violencia no es solo tirar bombas, secuestrar o matar. Violencia es la miseria, la falta de educación, la falta de servicios públicos, la venta de las empresas del estado y la venta de nuestro patrimonio ecológico a empresas extranjeras. Por último, es pertinente insistir, que cada uno de nosotros posee el capital humano que se requiere para la construcción de un mejor país, es solo cuestión de voluntad.

LA JUVENTUD COMO MERCANCÍA

El desarrollo del capitalismo como sistema económico impuesto, ha convertido al mundo en lo que algunos han llamado la aldea global, buscando nuevos mercados y nuevas fuentes de riqueza para los dueños del capital que son los que mandan sin ser vistos, Así los estados y sus gobiernos son hoy instrumentos de las grandes empresas trasnacionales y sus dueños, ponen y quitan sus piezas, cual juego de ajedrez, para beneficio propio. De modo que el proceso de globalización, no es más que una ampliación de los mercados, en beneficio fundamentalmente de las grandes potencias comerciales, que requieren nuevos de mercado para colocar sus mercancías, y nuevas mercancías para acrecentar sus riquezas.

Dentro de este proceso, el cuerpo de los jóvenes se ha convertido en mercancía y, como tal, ha quedado sometido a la lógica del mercado. El valor de la imagen corporal se ha ido aumentado en beneficio del modelo visual generado por los medios masivos de comunicación. Por estos motivos, se fortalecen la vanidad y el culto al cuerpo, el mercado llena el vacío y ofrece “la juventud” como mercancía. El comercio impone un tipo de belleza ideal. Lo importante es detener todos los signos de envejecimiento, y los diferentes productos que el mercado ha ideado, nos pueden dar esa posibilidad, es decir, el mercado promete en sus diferentes productos, la fuente de la eterna juventud y convierte en signo y símbolos de vergüenza y atraso, el verse o reconocerse viejo.

Por otra parte, el desarrollo actual del capitalismo, ha llevado a niveles alarmantes, el consumo de mercancías; nos ha transformado en consumidores activos. El lugar que ocupa la publicidad y los medios masivos de comunicación, es el mismo que antiguamente ocupó la iglesia, porque son estos los que nos dictan como debemos actuar. De esta forma se continúa presentando a los jóvenes como sujetos incapaces de autocontrol, responsabilidad y capacidad crítica. Por lo que desde una visión de los adultos se justifica que se nos vigile y castigue.

Los jóvenes somos manipulados por las industrias de consumo, que han entendido que no existe una sola forma de ser joven y por tanto rehacen los estilos juveniles permanentemente, para ponerlos a circular en la lógica del mercado capitalista. Cuando los jóvenes por medio de nuestras actitudes mostramos inconformismo estamos haciendo un llamado a la sociedad y la respuesta que se nos ofrece puede hacer la diferencia en nuestro desenlace. Si se logra trascender lo manifiesto, si se nos escucha en lugar de querer callarnos, se puede contribuir en la posibilidad que tenemos los jóvenes de reorientar nuestro malestar y participar en la transformación de esta sociedad.

La invitación es para que los jóvenes participemos en la construcción de una nueva sociedad por medio de nuestras expresiones políticas y de nuestras expresiones artísticas, como jóvenes con compromiso social, creemos necesario organizamos como parte de la clase popular para no seguirle el juego al consumismo, retomemos nuestra verdadera cultura, creemos nuestras formas de heredada de nuestros ancestros, y no olvidemos nuestras tradiciones populares…

DISERTACIÓN SOBRE UNAS CUESTIONES

Hay una crisis mundial. Y es una crisis, no del sistema monetario, sino fundamentalmente, una crisis de conciencia.

Esta sociedad que el hombre moderno ha creado no es más que el fruto de un desequilibrio espiritual para con la fuerza vital del todo (cosmos), que ha guiado los potenciales hacia fines corruptos y devastadores de guerra, contaminación asesinato, posesión, discriminación étnica, ética, etc… En el fondo el hombre no ha dejado de ser lo que un día en las cavernas fue: un brutal inconsciente del mundo.

La política, la religión, la economía, son excusas que este monopolio mundial ha creado para determinar estilos de vida innecesaria, para consuelo de aquellos espíritus débiles que no encuentran guía y fuerza y amor en sus corazones, en si mismos. Hasta el arte actualmente esta vendiendo sus ideas a partidos de ideologías fundadas en el consumo masivo.

El hombre en realidad no depende de un fondo monetario, de una institución jurídica, sino de su criterio y su personalidad indisoluble con la que la naturaleza lo ha creado. Es por eso que nuestras actividades vitales han sido explotadas hasta tal punto. Hoy día comer tres veces es un lujo: Que indignante. La humanidad ya no debe creer en lo que ya fue. Roma ya fue, Grecia, Mesopotamia… Debemos mirarnos y creer en esto que no somos: LIBRES. Ser hombre no es un determinado modelo de costumbres, atuendo y colores para caminar por las calles. Hay que dejar de creer y pensar en ello. ¿De que sirven los colores si al fin te vez a todos igual? La pauta de moda es una mentira.

Somos seres humanos ante todo y han de tratarnos como tal, no como a un rebaño de ovejas. Las ovejas son carne exquisita para el lobo.

Son las pautas y las normas las que deben ser sometidas a juicio por todos nosotros en un colectivo eficiente de ideas y propuestas. No esperamos a que lo hagan otros que están más acomodados en sus tronos que nosotros. No es a nosotros a quienes debemos acusar y estudiar, sino a nuestra sumisión y falta de creer en la vida, en la buena vida. Y es solo la educación esa flor del alma que brinda conciencia de lo que realmente somos y podemos ser. Vemos actualmente en nuestro país una oleada de miseria y destrucción, incomparablemente a la de Gaza, pero en detrimento de las culturas propias de nuestra tierra y de nuestros derechos fundamentales.

Debemos despertar y sacudirnos el yugo. Ya bastante pesada se ha hecho nuestra carga con todas las experiencias modernas de pacotilla. “La libertad no puede ser otra cosa que el cumplimiento optimo del deber, de nuestro deber”, no del impuesto.

TELEVISION CONTRA-CULTURA

La cultura es el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias.

Lamentablemente la televisión se ha vuelto una parte muy importante de nuestra cultura; hemos vuelto a esa cajita, la fuente más importante de información que tenemos y sin darnos cuenta empezamos a concederle una especie de divinidad; por lo que me refiero a que tomamos (adquirimos, las volvemos parte de nuestras vidas) y sobretodo, creemos casi todas las formas de pensamiento que allí nos proponen. Esto es, sin duda una fuente importantísima de la intolerancia que vemos en nuestro diario vivir; es tan relevante el mirar como los medios masivos de comunicación, y aun más los noticieros (que tienen uno de los más altos rating según IBOPE) nos han vuelto tan sutilmente intolerantes, que el hecho de disentir con ciertas políticas del gobierno actual, es razón suficiente para que el común de la gente te llame guerrillero o TERRORISTA. ¿Como no llamar a ese hecho un caso típico de falta de tolerancia?, que genera la segregación de unas minorías y agresión a estas, no solo verbal sino física.



Nos convertimos en una sociedad tan dependiente a la televisión, que necesitamos que todos los días nos introduzcan cada vez mas y mas ideas, sin pensar si son o no maliciosas. Tenemos algo como “la cultura de las intolerancias”, en donde las personas que no piensen como se piensa en la televisión son intoleradas.

¿Y como no ver personas intolerantes con los pobres? Si lo que nos muestran a diario en la TV, es que solo las personas con dinero (y no me refiero a mucho dinero, sino a personas ligeramente acomodadas ósea, por lo menos con un techo) tienen derecho a ser tratados con respeto, a que se les llame personas de “bien”.

¿En donde ve usted?, y me refiero a la televisión; a los campesinos, recicladores, indigentes, desplazados, indígenas, a los que les toco invadir terreno, a las personas en situación de discapacidad y a las personas de barrios muy populares (como Siloé en Cali) que también son colombianos y gozan de los mismos derechos que usted(es) y yo gozamos, ¿Dónde están sus historias, sus vidas, sus metas, sus sueños? Es curioso que cuando se les brinda algo de tiempo en la tele a estas personas, solo se les haga una mala propaganda o mejor dicho solo sea para presentarlos como el estorbo o el problema de nuestra sociedad.

Creo que la única forma de enfrentar la intolerancia es por medio de la educación, en donde podemos aprender que la más solida base de toda convivencia es el respeto por las distintas formas de pensamiento, a que las personas de todo tipo de etnias son también seres humanos, y que tiene más valor nuestras vidas que esas cosas materiales.