“Cali, cárcel para las personas con discapacidad”

Visibilización de la situación de discapacidad:


Se considera a la condición de discapacidad y al riesgo de padecerla, como el conjunto de condiciones ambientales, físicas, biológicas, culturales, económicas y sociales, que pueden afectar el desempeño de una actividad individual, familiar o social en algún momento del ciclo vital; Es decir, la discapacidad tiene una dimensión superior a la de un problema de salud individual, y por tanto afecta al individuo en relación con su familia y en su integración social. La discapacidad no necesariamente es una desventaja; es la situación que la rodea y la falta de oportunidades para superar el problema lo que genera tal condición.

De acuerdo con lo anterior tenemos que en nuestra comuna (15), el 5,39% de la población tiene algún tipo de discapacidad, esto es equivalente a 468 personas. En Cali hay cerca de 400.000 personas en situación de discapacidad, a nivel del Valle del Cauca hay cerca de 800.000 personas y en Colombia el número se incrementa a 5.200.000. ¿Como no ser un tema de interés?

En la ciudad de Cali se observa que las personas con discapacidad están expuestas a situaciones de discriminación y exclusión social que les impide ejercitar sus derechos y libertades al igual que el resto, haciéndoles difícil participar plenamente en las actividades ordinarias que realizan las personas con las que conviven. Para iniciar un cambio es necesario que estas personas se vean y empiecen a ser vistas como sujetos portadores de derechos. Investigaciones en donde se estudia la discapacidad nos reiteran que cualquier tipo de barrera arquitectónica reduce las oportunidades de las personas con discapacidad, de acceder a educación, salud, recreación y trabajo. "No es necesario meter a estas personas en una cárcel para privarlas de la libertad, pues el tener un entorno inaccesible y dificultades para su desplazamiento, es semejante a estarlo". Sabemos que los vehículos de transporte público con los que cuenta Cali, no están preparados para que las personas con discapacidad se desplacen en ellos. Poseen pasamanos y timbres altos mal ubicados, silletería estrecha, máquinas registradoras que dificultan el ingreso a niños, embarazadas y obesos; altos escalones de subida y bajada, sobrecupo frecuente, letreros poco visibles, corredores estrechos, entre otros obstáculos.

La eliminación de barreras en el transporte es una prioridad, pues estudios realizados en Cali, en 1981 y en 1984, encontraron que el 30% de las personas con discapacidad motora, abandonó el tratamiento antes de los seis meses, tiempo insuficiente para lograr su independencia, señalando como causa más frecuente el difícil transporte y la falta de recursos económicos. Las personas con limitaciones visuales, señalan que el centro de la ciudad es un sitio imposible de transitar con seguridad y autonomía, identifican las ventas ambulantes como la máxima barrera contra la libre movilidad y en segundo orden, los carros parqueados en los andenes. En cuanto a la vivienda, las personas con discapacidad sugieren que mínimo el 3% de las casas de programas de interés social, deben cumplir con las condiciones de habitabilidad y adaptabilidad, para las personas con discapacidad y sus familias.

Otro de los hallazgos significativos de este diagnóstico, es que Cali no cuenta con programas de empleo, que garanticen las condiciones adecuadas para el desempeño de las personas con discapacidad; la cobertura de programas de formación profesional y rehabilitación es mínima y los pocos que existen, no se encuentran vinculados a bolsas de empleo o a programas

de reubicación laboral. En 1995 Cali estaba en cero en cuanto a accesibilidad. Gracias a la realización de estos diagnósticos, ya se han ubicado en la ciudad semáforos con aditamentos de sonido, se aumentó la señalización, se ha realizado ampliación de andenes y se están destruyendo barreras.

En estos momentos las acciones de nuestros gobernantes, en relación con la movilización y las barreras arquitectónicas están siendo orientadas solamente en el transporte masivo y no se están teniendo en cuenta otros espacios (hoteles, parques, bibliotecas, etc.) En las adecuaciones del MIO solo se esta pensando en la población con discapacidad motora y visual ¿Qué sucede con las personas que tienen otro tipo de discapacidades?; lo mas irónico es que los buses alimentadores no tiene las condiciones de accesibilidad, los que están bien adecuado son los buses articulados, la pregunta ahora es ¿como llegan las personas con discapacidad a los buses articulados si para llegar a ellos toca abordar primero los buses alimentadores? ¿Cuál es nuestra labor como ciudadanos ante estas situaciones? Se puede evidenciar que parte del problema para alcanzar una adecuada accesibilidad y una cultura ciudadana, radica en la falta de conciencia por parte de la comunidad en cuanto al respeto de los espacios para las personas con discapacidad, pues en algunos casos, estos son utilizados, dañados o robados por personas sin discapacidad.

Entonces, ¿Cuál es nuestro compromiso? Debemos empoderarnos y como comunidad llevar a cabo actividades de desarrollo comunitario, donde se propicie la igualdad de oportunidades y la inclusión social, como ciudadanos exigimos que el transporte masivo cumpla con lo establecido en el decreto 1660 de 2003, el cual reglamenta la accesibilidad a los modos de transporte de la población en general y en especial de las personas con discapacidad, y que realmente todos aportemos en el desarrollo de la política publica 'Cali Ciudad Sin Límites: un Territorio de Inclusión Social', lanzada el día martes 9 de septiembre, en donde todos los miembros del gabinete municipal se comprometieron a trabajar.

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